martes, octubre 19, 2004

La Musa Ausente

La enfermedad es una mujer.
Maurice Rollinat

Aclaración:Aunque la idea de la Musa ha existido desde los griegos, su conceptualización tal como la entendemos es de origen moderno, situando la genealogía de la modernidad en el siglo XVI y cristalizando dicho concepto en el siglo XVIII. Esta aclaración tiene relevancia ya que como es evidente el concepto de Musa resulta caduco para nuestros días. Donde las mujeres entendemos que emparentar los conceptos de Mujer y Seducción se antoja a condenarnos a pura apariencia y por tanto a frivolidad. Auque cabe decir que la mujer sigue siendo seductora pero entendiendo como seducción que es capaz de tergiversar y transformar el Ser.

Podrá discutirse que la Musa es el centro de miles de grandes y geniales obras, sin embargo, esto no es otra cosa que un acto de prestidigitación donde, por un lado, al presentar a las mujeres como musas y ensalzarlas –como constructos-; por el otro lado, este mismo hecho de glorificación del imago femenino, convierte en invisibles a las mujeres reales, negándoles así cualquier tipo de fuerza, participación o acción dentro de la cultura dominante. Hablando claro, la Musa no es otra cosa que el envoltorio que se le da a la mujer juzgada a través de los patrones masculinos y considerada deficiente frente a y en comparación con el sujeto activo masculino. Sin embargo, hoy se esta luchando por abandonar el papel de musa.

Los términos Presencia y Voz nos ayudan a arráncarle las máscaras a la Musa, a bajarla de las alturas de la irrealidad y ponerla a escribir por sí misma, a des-objetivarla, en el sentido de que ésta no permite más ser representada como objeto (ni de culto, ni de uso) sino como un sujeto activo y creador.Al dejar de ser musas, las mujeres se alejan de una representación-fetiche para asumirse plenamente en pensamiento, cuerpo y sexo. Afirmándose como Reales en un devenir real.

La Presencia de la mujer autora (aunque desafortunadamente todavía no con gran fuerza en México) se muestra como el desenmascaramiento de las prácticas románticas y falocéntricas (aunque estas no sean individualmente premeditadas por los autores, sino más bien transmitidas a éstos por la tradición) donde la mujer-musa era representada como un ente etéreo o una mujer fatal que hacia caer al hombre en toda suerte de males. Actualmente se da una ruptura importante, pues cuando la mujer asume su voz, abre una nueva piel del texto-realidad. Es decir cuando la Voz-Presencia femenina emerge nos dice que el autor-hombre no es, después de todo, un absoluto, ni mucho menos la representación cabal y definitiva de la Verdad del mundo sino sólo un lenguaje artístico entre otros.

Por eso, ahora es el tiempo no sólo de las anti-musas, es el tiempo de las mujeres reales, completas y sin motes-

Margarita Valencia T

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